Por: Jorge Romero
En estos últimos días me he dedicado a estudiar el comportamiento humano, el estar desocupado me ha dado el tiempo de divagar, estudiar, leer y perder el tiempo escuchando, discutiendo, alegando en ocasiones con eruditos del facebook, máster , compañeros de trabajo, gente sencilla y el grupo de vagos filósofos y críticos de la situación de nuestro país que nos reunimos dos días a la semana a degustar de costillitas de cerdo, refrescos y cerveza, la variedad de puntos de vista enriquecen las discusiones y pone en contexto la realidad de nuestros profesionales que sorprendentemente son los más cerrados y los menos analíticos de la situación, olvidadizos de un pasado y de una realidad a nivel latinoamericano que solo puede compararse con una extrema ignorancia de la historia latino americana y especialmente la hondureña.
El tema Golpe o No, ha creado una división profunda en Honduras, poniendo la palabra tolerancia entre dicho, como decía Edmud Burke, opositor a los cambios en la torturada Francia de fines del siglo XVlll, “Hay un límite en que la tolerancia deja de ser virtud” pues lo interesante es ver como los defensores del golpe y detractores de los cambios sociales en este país se jactan de tolerantes al igual que siglos atrás, la diferencia entre estos, es un análisis político profundo de la situación contrario a los modernos que repiten como loras lo que escuchan, ven y leen en los medios de desinformación, cerrados al pensamiento y el discernimiento se escudan en insultos elegantes y los calificativos de sus contrarios a un movimiento no menos digno que el surgido en los años ochentas en nuestro territorio, para ellos llamar RESISTENTE a una persona se equipara a decirle ÑANGARA, a un librepensador, epítetos que para estos significan algo menos que la mierda.
La posición extremista y reaccionaria de estas personas no tienen más base que la mediatización y demonización de Manuel Zelaya Rosales que como buen hijo de Lucifer se ha convertido en el anticristo de la mal llamada democracia que protegen los grupos oligárquicos del país, lo que no es nuevo y sigue sorprendiendo por la supuesta “educación” de los que se contraponen a los cambios es que siguen siendo tontos útiles y defienden posiciones de los ricos siendo ellos pobres, clase media como diríamos simples trabajadores como yo.
Platicaba con un Máster en economía, por su alto grado de educación pensé que la plática sería interesante, pero como era de esperar resulto como buena parte de los Hondureños, ni frio ni caliente, “tibios” llenos de estadísticas, números y vacios de conciencia social, es por eso que hasta en la biblia esta posición es aborrecida, “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” Apocalipsis 3:15-16; siendo más terrenal siempre he dicho que la tibieza es sinónimo de traición pues el tibio siempre estará con su propio interés y su conveniencia. De los que acostumbran comentar en el facebook, salvo contadísimas excepciones no hay mucho que esperar, a menos que posteen “Golpe de estado lol”, “ omg hoy toletearon a la resistencia”, “bonito uniforme el de los represores lol” y cosas por el estilo, pero de los que tienen la bendita oportunidad de ingresar a realizar estudios superiores y más aún de los que tienen la fortuna de pagar una maestría, y me iré más lejos aún de los que han tenido la gracia de realizar estudios superiores fuera del país, se espera una mayor conciencia o una posición razonable, llena de contenido y argumentos para mantener una discusión de altura; quizá, me he topado con la minoría, podría ser y tendré que ser mas acucioso en la búsqueda de conversaciones edificantes, porque también he comprendido que la verdad absoluta no existe y que mi realidad no es la del otro y de eso se trata este ejercicio a lo que los antiguos griegos llamaban Dialéctica utilizada posteriormente por Hegel y Marx, para analizar la realidad social, tratar de entender, comprender y nunca convencer como me dijo un ejecutivo de un banco, porque el convencimiento no viene de afuera, sino del corazón y la conciencia de cada quien.
La verdad es que la división que aducen nuestros políticos y uno que otro erudito, producida por José Manuel Zelaya, en los hondureños es atribuirle súper poderes al llamado burro por la clase oligárquica, esta división y resentimiento del pueblo hondureño se ha arraigado en los huesos de los menos afortunados como parte de su genética, como esa semilla latente que espera su oportunidad para germinar; el momento ha llegado, pero los educados para no ver las cosas, aun no abren sus ojos, porque su interés primo es su supervivencia y bienestar, el bien común es un tabú y algo que no tiene razón de ser.