Interesante ha sido ver en estos últimos días como el uso de la desinformación ha sido el arma principal para mantener a un pueblo en supuesto control, a falta de los que no saben leer o no tienen televisión y radio se ha recurrido al fusil.
También resulta estimulante la cantidad de pensadores que a manera de hongos o parásitos para los opositores y flores silvestres para los que luchan por la libertad, ponen su grano de arena desde las trincheras cibernéticas llevando información, desmintiendo y brindando datos y esperanza con su pluma a miles de personas que viven en incertidumbre por no saber donde están parados, solo me imagino que es como sentirse en medio del mar sin una brújula y sin el mínimo conocimiento de navegación, el vacio completo.
Por su parte el fusil sigue borrando con pólvora y sangre la historia en nuestro país, las desapariciones y separaciones de familias, vuelven a vivirse en un siglo en el que creímos estas prácticas se habían erradicado. El olor a sangre caliente, el tufo a muerte, el hedor a pólvora y azufre en el aire son imágenes y sensaciones que me imagino son imborrables.
Me contaba un amigo hace poco, en una de esas noches de largas platicas, que ingresaba a una institución bancaria y el guardia lo interrogaba al entrar “¿porta usted arma?” “ depende contesto el interlocutor mostrándole un simple bolígrafo” el valor de la palabra, el peso de la tinta, pero de la tinta honesta, pura y verdadera, no lisonjera y vendida, la mancha indeleble que escribe letra a letra lo que la bala no puede desaparecer ni borrar, porque cada libro podrá ser quemado, destruido, pero siempre habrá quien escriba y cuente, hoy miles de plumas se disparan matando la mentira, y la desinformación y los fusiles y las aves negras pretenden acallarlas robando sus ideas y silenciando sus voces, mas no habrá proyectil suficiente para domar el espíritu del hombre, no habrá pólvora suficiente para silenciar el grito profundo que cada hombre lleva en su corazón clamando por igualdad y fraternidad.
A pesar de los obstáculos y restricciones, la palabra escrita posee la fuerza para cambiar el mundo. Por ello le temen los sistemas autoritarios. De ahí la quema de libros y el exilio o la muerte de escritores y periodistas.
Ryszard Kapuscinsky
Periodista, escritor y Ensayistas
Hoy miles de hondureños, leen, escriben se informan por primera vez en su vida, han dejado de ser autómatas y han vuelto a la vida por el sendero de la lectura, del análisis de la deducción se han quitado el antifaz y están viendo la realidad, ni los senderos de los ISMOS, ni la violencia harán que cambien un país, es tiempo que cambiemos el fusil por la pluma, que todos nuestros hijos e hijas, conozcan de la ética, de la honradez, que se conduzcan por la sendas de la verdad y no por los caminos torcidos de la mal llamada política, ese mal parido pensamiento de que la “Política es la Ciencia de todo lo Posible” darle el poder a semejantes ignorante es como poner un fusil en manos de un loco, y como ha quedado demostrado en estos últimos días ellos mismos se han dado el tiro de gracia y han asesinado las aspiraciones políticas de su prole.