Por: Jorge Romero, inspirado en el mensaje del Presidente Russel M. Nelson LDS
En la sociedad actual, nuestras preocupaciones primordiales parecen estar equivocadas, vivimos sumergidos en un mundo que nos dice que hay que darle a nuestros hijos lo mejor, "yo me mato para darte lo mejor, yo me sacrifico para que tengas lo mejor del mundo" nos esmeramos en lo material y temporal creyendo que estamos ofreciéndole a nuestras generaciones lo mejor llenándolos de cosas materiales.
Y, si lo pensáramos un poco y nos preocupáramos por "darle al mundo los mejores hijos", por "darle al mundo lo mejor de nuestras familias", jóvenes con valores y virtudes, familias unidas y llenas de amor, ¿no creen ustedes que tendríamos un mejor mundo?
No habría entonces necesidad de matarnos, sacrificarnos o preocuparnos por tener un mundo mejor, viviríamos en un mejor mundo. Debemos desaprender tantas falsas enseñanzas que este mundo nos ha dado, que el sistema y el consumismo nos ha inculcado, debemos ver a través de otros ojos, nuestros ojos, los ojos del verdadero amor a nuestro hijos.